Economia
EDITORIAL: Estabilidad Económica y Tensiones Sociales: Una Semana de Contrastes en República Dominicana

SUR INFORMA RD
Durante estos días se ha hecho evidente que la estabilidad macroeconómica de República Dominicana sigue siendo un punto de orgullo oficial, aunque no sin tensiones crecientes desde sectores ciudadanos. La misión del FMI calificó al país como un “modelo de paz social y consenso”, reconociendo que estas condiciones son clave para sostener la inversión y sostenerse ante choques externos.
Sin embargo, los indicadores revelan una economía más frágil de lo que aparenta: se proyecta un crecimiento en torno al 3 % para 2025, lo que si bien no es malo, indica limitaciones frente a expectativas previas más ambiciosas. La inflación mantenida relativamente controlada y la tasa de interés estable al 5,75 % muestran que ciertas políticas monetarias funcionan, pero el alza del dólar y la presión sobre los precios todavía generan incertidumbre en hogares y productores.
En el ámbito social, se han intensificado protestas por cortes eléctricos, por facturas excesivas y por conexiones de electricidad informales, lo que revela un creciente estado de malestar en sectores populares que no se sienten bien servidos por los servicios públicos básicos. Esta situación social se superpone con demandas de mayor transparencia, eficiencia institucional y rendición de cuentas, como la tensión alrededor de SENASA o la evaluación de los contratos en el sector eléctrico.
El mercado financiero, por su parte, ha mostrado señales mixtas: por un lado, la exposición de la Superintendencia de Bancos como entidad reguladora activa ha sido bien vista; por otro, la devaluación del peso frente al dólar presiona importaciones, deudas externas, y la percepción de muchos de que lo que se gana puede perderse en el cambio.
Las decisiones gubernamentales, como los subsidios a combustibles, intentos de controlar los precios y esfuerzos por incentivar la inversión extranjera directa, son relevantes y necesarios. Pero su sostenibilidad depende de que haya un equilibrio real entre lo que se gasta y lo que se ingresa, y que las políticas sociales acompañen para minimizar el impacto en los sectores más vulnerables.
En resumen, la semana transcurrida muestra que República Dominicana ha logrado mantener líneas de estabilidad macro: inflación bajo control, consenso político parcial, flujos de inversión destacados. Pero detrás de esos resultados hay tensiones reales: el alza del dólar, los costos crecientes de servicios públicos, el descontento social y la percepción de que muchas promesas institucionales aún no se cristalizan para quienes viven más cerca del margen. Si no se atienden esas grietas con políticas económicas y sociales más inclusivas, el consenso podría ceder justo cuando más se le necesita.